Era el año 2000. Acababa de terminar una temporada trabajando fuera de Madrid, en Barcelona. Leticia, una antigua compañera de trabajo, ya hacía tiempo que me había dicho que por qué no me animaba a ir a clases de manualidades. Su madre, Marina, tenía un taller. Al final nos decidimos y mientras la cercanía del trabajo al taller lo permitió allí pasé unas tardes entrañables, conocí la pintura popular, hice el marco de mi título universitario, le pinté unas perchas de ositos a mis sobrinas…
Después, por lejanía al centro de trabajo tuve que dejar de ir. Pero la afición ya estaba ahí, bien arraigada… y quería continuar aprendiendo nuevas técnicas. Así que esta vez busqué un taller que estuviera en Torrejón de Ardoz. En el primer sitio en el que estuve conocí a la que sigue siendo hoy en día mi profesora, Charo, una fuente inagotable de ideas, estupenda profesional y una persona excelente. Tambíen conocería a una de mis compañeras de buenos momentos, Loli. Después tuvimos que cambiar de taller y nos fuimos a lo que hoy en día es Manualidades Barruz. Aquí conocí a Lola, Reme, Marta,… y tantas otras. Con algunas ya no coincido, cada una tiene que elegir el horario con el que mejor se organiza su vida… Y no olvido de mencionar a los propietarios de la tienda, Charo y Angel, y su hija Amparo que nos tratan muy bien.
A manualidades vamos gente de todas las edades, de todos los gremios, pero con muchas inquietudes, para aprender, para regalar,… Es raro el día que alguna de nosotras no tiene que hacer un regalito para alguien especial… Porque haremos muchos trabajitos, pero la mayoría no están en nuestras casas. Se las hemos regalado a alguien, por cumpleaños, nacimiento, boda… para tener con esa persona un detalle bonito y muy personal.
Los que hacemos manualidades las hacemos por muchos motivos a parte de ser creativas… nos relaja, nos sirve de terapia, hay gente que no trabaja y le sirve para relacionarse con otras personas, compartiendo una bonita afición… Además de realizar trabajos nos tomamos un cafetito, picamos algo más de lo que deberíamos… echamos unas risas…
En fin, que se lo recomiendo a todo el mundo, muy saludable.
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